130 años después de haber sido fundada, es la número uno en México y la dos a nivel global. Un repaso por su historia - y por la industria de recubrimientos en nuestro país.
En julio de 2007, Lamosa compró a Porcelanite. Ésta era una empresa de Grupo Carso, fabricante de loseta cerámica, y que en 2006 había vendido $3 mil 900 millones de pesos.
Fue un punto de inflexión para Lamosa — que en aquel momento tenía ya más de 110 años. En 2006 sus ventas totales habían sido de $4 mil 200 millones; con Porcelanite estaría duplicando el tamaño de su negocio de pisos. Era una transacción de $800 millones de dólares, que había que financiar con deuda y una emisión de capital, pero que terminaría por convertir a la regia en la indiscutible líder en nuestro país.
Para el equipo directivo, era el momento de acelerar — y fuertemente. Veían un panorama que cambiaba gracias a que la construcción de vivienda en México se había disparado desde el comienzo del nuevo milenio; la demanda por sus productos — pisos y adhesivos — no dejaba de crecer. Querían además expandir sus negocios fuera de México (en aquel momento representaban alrededor del 15%, y estaban más bien limitados a sus líneas de sanitarios).
La crisis de 2008 puso todo esto en juego. Aún así, ese año lograron ventas de casi $8 mil 500 millones de pesos — y terminarían por crecer Lamosa a una empresa que en 2021 superó los $27 mil millones de pesos de ingresos...
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