Análisis de On Running

Olivier Bernhard fue un triatleta profesional que se obsesionó por crear el zapato perfecto para correr. Después de docenas de prototipos, todos bajo el concepto de “cushioned landing, firm take off”, lanzó a la venta en 2010 el primer modelo de su marca (junto con otros dos socios).

Rápidamente, entre los corredores se pasó la palabra de los nuevos “Running On Clouds”, y poco a poco fueron ganando espacio en un mercado dominado por grandes jugadores.

Hoy, sus productos están disponibles en unas 8 mil 700 tiendas, en más de 50 países; Roger Federer se convirtió en accionista en 2019 y se ha convertido en una pieza clave para su crecimiento.

Algunos highlights de la marca — y lo que significó para Federer unirse a la empresa.

El crecimiento de On se explica en gran medida por su entrada al mercado norteamericano. Sin embargo, en su informe anual aseguran estar en el top 5 de marcas de tenis para correr en los mercados más grandes del mundo (Estados Unidos, Alemania y Japón).
En un mundo dominado por gigantes — sobre todo Nike y Adidas — marcas como New Balance y Lululemon han encontrado cómo competir exitosamente. On, Hoka y Allbirds son tres ejemplos de marcas más nuevas que también han ido ganando territorio con productos dirigidos a segmentos muy específicos. Desde la perspectiva de la escala de la empresa como tal, no parecen tener punto de comparación con alguien como Nike. Si fuera posible aislar cómo compiten en determinados segmentos, geografías, o tipo de productos, la historia sería diferente.

De acuerdo con Forbes, únicamente seis deportistas (Tiger Woods, Cristiano Ronaldo, LeBron James, Lionel Messi, Roger Federer y Floyd Mayweather) han logrando ganar más de $1,000 millones de dólares mientras siguen activos. El caso de Federer llama mucho la atención por haber dejado su contrato con Nike, después de 20 años, y apostar a marcas menos convencionales para deportistas. Hasta ahora parece haber sido una buena decisión.

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